El reloj avanza en contra de mis súplicas.
Palabras que fueron ignoradas y explícitas.
El mundo gira y se para y vuelve a nacer.
Y yo tontamente intento comprender.
El rincón sigue oscuro y sin oxígeno
Pero allí me mantendré con gesto rígido.
Formas irregulares en tu cama del olvido.
La tierra se cuela dentro sin tener sentido.
Fabricas nuevas materias en tu reposo.
Sintiendo no haberte convertido en esposo.
Tus lágrimas carecen de imagen visual.
La pena va en tu interior, ahora casual.
Donde los insectos proliferan su vida.
Eres el alimento de quien hoy te anida.
Te echo de menos, no lo puedo evitar.
Las cosas ya nunca van a seguir igual.
Así que exprimo mis ideas en tus recuerdos.
En los que estábamos juntos de mutuo acuerdo.
Donde los besos eran el principio de todo.
Los que aprovechan otros de cualquier modo.
Mientras doy las palabras que no puedes oír,
estás inmerso en la descomposición del fin.
No me convence la decisión en la que soy marginal.
Procuro caminar despacio y a veces en vertical.
Cuando las manos tiemblan en la pose inicial.
Y los ojos creen que están viendo algo mal.
Entonces retiro el pelo de los ojos de forma manual.
Vienen los dolores y ahora lo veo horizontal.
Puede que al caer se produzca una lesión craneal.
El universo tiene cosas que decir a este lateral.
Dice que es hora de retirar mi instinto animal.
Me odiaré si derramo una sola gota por el lagrimal.
No lloraré al tragar el líquido que actúa mortal.
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