
Ahora entiendo cuando Joel Barish le dijo a Clementine Kruczynski: "Podría morir ahora mismo, Clem. Me siento tan feliz. Nunca me había sentido de este modo. Estoy justo donde quiero estar"... claro que lo comprendo, es pensar en los momentos en los que podemos estar tú y yo juntos, a solas, solamente escuchando nuestras respiraciones y sumergiéndonos en los sentimientos de cada momento, es acordarme de ti y ser capaz de captar esas palabras.
En este momento no estás conmigo, no puedo alcanzarte por más que lo intento y sé que no podré por hoy. En estos momentos estás paseando por la calle, junto a tu hermana, posiblemente riendo y muy seguramente pronunciando alguna tontería que me encantaría oír y no podrá ser.
No obstante, soy feliz con tu felicidad, me alegra pensar que no te has quedado en casa o te has encerrado en el local para frustrarte porque no estoy, tampoco vas a dar vueltas en la cama ni tendrás que encender la consola para ensimismarte en un juego del que no te estás enterando, simplemente por evadir la realidad. Así que sonrío por ello dejando a un lado mi pena por unos instantes.
He aprovechado tu ausencia para hacer cosas porque nunca tengo tiempo pero ¿sabes qué? No me siento mejor, es como si en realidad todas esas cosas no significaran nada una vez terminadas y es todo por la ansiedad que siento al no tenerte aquí. La incertidumbre de si mañana será como hoy o no, el simple hecho de añorarte es frustrante y me asfixia. Pero aún no he dejado que acabe conmigo.
Había pensado en llamar al móvil de tu hermana, que tendrá más batería que tú y preguntarle qué estabais haciendo pero me hubiese gustado que en ese momento tú estuvieses ocupado fotografiando a esa banda y seguramente ya habrás terminado de hacerlo, quién sabe. El caso es que no lo haré y simplemente te enviaré un SMS por la noche, para reiterar estas palabras que no conoces. Y no espero una respuesta porque en el último e-mail que me enviaste dijiste que creías haberte quedado sin saldo :-P
La única cosa que me apetece es oír canciones lentas y sentirme un poco masoquista al respecto, pero has de saber que no lo hago para sentirme mal sino para escuchar algo acorde a mi estado de ánimo. Obviamente no estoy ante una situación desesperada ni el fin del mundo cubre nuestras cabezas... aún. Simplemente, cuando acabe esto, me tumbaré en la cama, subiré un poco más el volumen y procuraré no pensarte demasiado, aunque no prometo nada.
Mañana será un día nuevo, a las 6:55 sonará mi alarma y ya estaré haciéndote una llamada perdida, volveré a dormirme, brillará el sol, hará calor, me levantaré más tarde de lo previsto y desayunaré malamente. Revisaré el correo para encontrarme con un e-mail tuyo desde la oficina y lo responderé medio dormida pero con una sonrisa en la cara. Me sentiré perezosa durante el día pero cuando quede menos de una hora para verte sufriré un repentino cambio y todo se acelerará, así que casi a contrareloj haré todo lo necesario para acabar cualquier tarea en casa y estar preparada. Pero mañana no habrá llamada perdida antes de que vengas a por mí, mañana tampoco habrá horas muertas en mi habitación, mañana no estaré más pendiente de los ordenadores y la decena de pequeñas cosas que he estado haciendo con ellos hoy. Porque mañana estaré contigo y todo lo que pase a mi alrededor será inferior a la nada. Recuperaré la bandana (temporalmente) que suelo dejar en tu casa y con la que duermes.
Te echo de menos, ya sabes cuánto ❤
