31.3.10

Ahora que la mitad de ti no está.

      Sé que va a dolerme cuando un día no quede absolutamente nada, cuando los recuerdos no sean lo suficientemente fuertes como para mantenerme agradecida por tenerlos, cuando me queme por dentro la sangre ante la impotencia de saber que aunque quiera o lo desee es imposible estar contigo. 
Odio saber que todo lo que me depara un futuro cercano es un dolor del que no te mata, del que simplemente te asfixia y acaba con cualquier esperanza. Ya no sé si quiero que me prometas que volverás, ya no sé si quiero esperar tanto porque desconozco si quiero seguir. Ya no sé nada y eso me hace sentir perdida y vulnerable. Ojalá despierte mañana y todo este haya sido solamente una de todas esas pesadillas que tengo a diario; si eso fuese así no podría pedir nada porque lo tendría todo. Cuando me faltes me voy a quedar sola, como de costumbre, como en realidad lo está todo ser humano, y no obstante tú haces que sienta que no lo estoy, que nos pertenecemos, que uno estará bien o mejor si el otro no sufre. Una vez que el daño está hecho te preguntas si hay algo más que pueda empeorar y la respuesta suele ser afirmativa por mucho que parezca imposible. Siempre. Todo. Siempre todo puede ir a peor.



 Simple Plan - Meet You There

Now you're gone,
I wonder why
You left me here,
I think about it on, and on,
and on, and on, and on, again.
I know you're never coming back,
I hope that you can hear me,
I'm waiting to hear from you.

Until I do,
You're gone away,
I'm left alone,
A part of me is gone,
And I'm not moving on,
So wait for me,
I know the day will come.

I'll meet you there,
No matter where life takes me to,
I'll meet you there,
And even if I need you here,
I'll meet you there.

I wish I could have told you,
The things I kept inside,
But now I guess its just too late.
So many things remind me of you,
I hope that you can hear me,
I miss you,
This is goodbye,
One last time.

You're gone away,
I'm left alone,
A part of me is gone,
And I'm not moving on,
So wait for me,
I know the day will come.

I'll meet you there,
No matter where life takes me to,
I'll meet you there,
And even if I need you here,
I'll meet you there,
No matter where life takes me to,
I'll meet you there,
And even if I need you here,
I'll meet you there.

I'll meet you there.

And where I go you'll be there with me,
Forever you'll be right here with me..

I'll meet you there,
No matter where life takes me to,
I'll meet you there,
And even if I need you here,
I'll meet you there,
No matter where life takes me.
I'll meet you there,
And even if I need you.
I'll meet you there.

I'll meet you there.
I'll meet you there.



26.1.10

EGO post. FOLLOW ME NOW.



     A modo informativo, una vez más. Seguidme en twitter. Y en caso de que no tengáis una cuenta ya podéis ir resgistrándoos... pero ya de YA aquí.

     Sé que lo que os pasa es que sois perezosos pero moved esos dedos grasientos de patatas Yorkeso y dadle al maldito FOLLOW en mi perfil.
      ¡Ah! Y si queréis que os devuelva el follow, obvio, habladme, porque twitter me odia y no me envía los avisos al mail. Estoy en proceso de queja.

                                    xox - Raven Razorblade

12.11.09

Carretera a un adiós.

         Lo último que recuerdo es una lágrima corriendo por mi mejilla y tu mano apretando la mía, antes de soltarse. Hubo un silencio, el mundo acalló los gritos desesperados de los coches frenando entre tú y yo y dije tu nombre una vez más pero no te giraste y me sentí derrotada. Di un paso adelante saliendo del shock y aquel coche rojo rozó mi talón y siguió adelante… aún más rápido de lo que había llegado hasta mí. Tú miraste por fin y vi miedo en tu cara, alargaste el brazo y me hiciste rodear el coche que nos separaba en aquella carretera que estaba siendo testigo de nuestro final. Me llevaste a un lado, tirando fuertemente de mi muñeca y me pusiste contra un árbol, dándome la espalda con las manos en la cabeza, enfadado como de costumbre. «Eres idiota», dijiste un par de veces, la última en un susurro. Yo asentí, con una sonrisa nerviosa y limpié mis lágrimas en vano. «Por favor… abrázame» te lo había pedido mil y una veces durante las últimas semanas y siempre evadías mi petición, siempre decías que no había tiempo sino para huir. Como de costumbre tuve que ser yo quien te atrapase con mis brazos pero al menos esta vez me apretaste contra tu pecho y noté tu respiración agitada. Había sido un año difícil, el último mes había sido un infierno pero nunca me dejaste sola, nunca te diste por vencido cuando yo estaba ya vencida. Sentí de nuevo que te amaba, comprendí que eras todo lo que necesitaba en el mundo. Tu calor, tus besos, tus intentos de hacerme ver el mundo como algo menos penoso. Esa concepción tan grandiosa que tenías de mí, cuando yo solamente creía que era una más del montón, una perdedora, alguien que carecía de cualquier cualidad a destacar. Y sin embargo tú las veías todas y a menudo me reía de ti por creerme especial. Te traté muy mal y rehusaba a culpar mi vida, el sitio donde vivía, mi trabajo y la gente que me rodeaba, como si todo ello fuese una infección que no podía soportar. Soy consciente de que toda la culpa fue mía, me di cuenta en aquel momento, abrazada a ti junto a la carretera mal asfaltada que nos llevaba a donde tú habías vivido de pequeño. Durante todo el viaje me comporté como una imbécil consentida porque tú siempre me lo habías consentido todo. Había puesto pegas a la comida, a dormir en el coche, a tus intentos de besarme, a dormir pegada a ti, a compartir una manta… me odiaba profundamente. Pero me estabas abrazando, en el fondo me querías tanto como para perdonarme todo eso cuando yo era incapaz. Cogiste mi cara entre tus manos y la levantaste hasta que nuestros ojos estaban a la misma altura. «Tan idiota que no puedo apartarme de ti…». Sé que quisiste sonreír pero no podías y eso me puso triste pero intentaste curar esta nueva herida con un beso que fue más amargo de lo que podía imaginar. Fue entonces cuando me pediste continuar el viaje, terminarlo de una vez o que cada uno siguiese su camino… incluso te ofreciste a darme el coche para que regresara. Supe que lo mejor que podíamos hacer era eso, separarnos de una vez por todas, acabar esa relación que nos estaba consumiendo a los dos. Pero te pedí seguir una vez más ya que me sentía nada sin ti, tú me infundías toda aquella seguridad que tenía en mí misma, yo no era nada sin ti, dependía enteramente de tus palabras y menospreciaba las de todo el mundo aunque fuesen mejor o más acertadas que las tuyas. Volví de pronto a oír los insultos, la gente gritando, los frenos de un coche que estaba perdido ante aquel caos que habíamos formado y corrí a nuestro coche, el culpable de todo, bloqueando todo un carril por aquel derrape que habías dado en el arrebato final, antes de explotar y de decirme que estabas cansado de mí, que habías empezado a odiarme y no querías volver a verme nunca más. Nuestro sueño de vivir juntos una vida nueva había caído en picado. ¿Qué podía decir ahora? No dije una palabra, desde el asiento del copiloto apreté tan fuerte como pude el claxon y te vi llorar entre aquellos árboles desnudos por el otoño. Apretaste los puños y sentí que volvías asqueado, como si el abrazo de hace veinte segundos no hubiese existido jamás y fue entonces cuando deseé no haber existido yo jamás. Los conductores profundamente enfadados se metían en sus coches de nuevo, como si todo hubiese terminado por fin. Y entonces el mundo se sumergió en el mar, todo empezó a ir más despacio y tus pasos hacia el coche se ralentizaron, tus ojos en el suelo ocultaban el reflejo de lo que ocurriría frente a ti, mis manos apretaron una vez más el claxon y lo dejé sonar, los gritos mudos a mis oídos pasaban a ser un zumbido y solamente pude oír claramente aquel coche acelerando, cansado de la espera… y tú desapareciste de mi vista. Vi a toda aquella gente en masa socorriéndote y supe que debí haberme ido cuando tuve oportunidad, debí no haberte pedido que lo sacrificases todo por mí. Nunca debí haberte hablado en aquella fiesta hace dos años. Lo último que recuerdo es una lágrima corriendo por mi mejilla y tu mano apretando la mía, antes de soltarse.